
Al finalizar el trimestre, quiero compartir algunas palabras con vosotros, padres y madres de los 1.012 alumnos del Colegio Mª Auxiliadora.
Sobrevolando todo lo vivido desde primeros de septiembre hasta ahora, tengo la certeza y la satisfacción de saber que en nuestro colegio ha brillado en este tiempo y con mucha luz, la VIDA.
Vida desperdigada en cada gesto, en cada palabra, en cada mirada,… Una Vida que se hace canción, oración, acompañamiento, belén, juego, proyecto, celebración, taller, palabra al oído, … Una Vida al servicio de la misión educativo-evangelizadora que tenemos encomendada. Es nuestro estilo educativo. Es nuestra razón de ser.
Los procesos de enseñanza-aprendizaje del alumnado, se han ido desarrollando casi con toda la normalidad que nos permite la situación de crisis sanitaria y con el sentimiento profundo de sentirnos en manos de María Auxiliadora y cuidados los unos por los otros.
Con la alegría de fondo por la celebración del 150 aniversario de la fundación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, hemos ido trabajando ese Sueño que permea y cubre como un sutil velo todo lo que hacemos:
“Soñamos un colegio innovador, confortable y adaptado a los tiempos, caracterizado por el clima de confianza y familiaridad- propio de nuestro carisma- en el que todos seamos testigos y transmisores de los valores del Evangelio; un colegio donde crecer y educarnos juntos, como comunidad educativa, para que todos los alumnos alcancen, a través de nuestra oferta de educación integral, el perfil de persona competente y comprometida, necesaria para la sociedad del siglo XXI, que están llamados a construir y a liderar”.
Los educadores, impregnados de la pasión educativa que brota de una llamada profunda hacia el crecimiento integral de sus alumnos, agotan fuerzas, descubren los logros alcanzados, las metas conseguidas y las que vendrán. ¡Es el momento de parar!
Apenas 3 días para que las puertas del colegio se cierren, será el momento de acercarnos al Misterio de Belén que un año más, removerá nuestras conciencias con su oleada de valores verdaderamente importantes: amor, familia, sencillez, generosidad, calor, escucha, …
Ojalá seamos esas “estrellas” que dan luz a su alrededor, esos “pesebres” que dejan entrar a quiénes lo necesitan y esos “magos” dispuestos siempre a ofrecer lo que tienen.
Y es que en una sociedad desgastada por la lluvia diaria de noticias tristes, el Niño Dios nos devuelve a lo auténtico de la vida. Brindemos porque sepamos descubrirlo en las circunstancias que nos rodeen en esta Navidad. Brindemos como Comunidad Educativa por una sociedad más justa, solidaria, reflexiva y generosa,…¡Brindemos por la felicidad!
En nombre del Equipo Directivo y en el mío propio,
P.D. Volveremos el 10/01/22 con la energía, la alegría y el compromiso que nos caracteriza.
Silvia Martínez Martín Directora Titular