Todavía resuenan los actos conmemorativos del 125 aniversario de la presencia de las Hijas de María Auxiliadora en el Barrio de San Vicente.
Y qué mejor regalo compartir con todos vosotros las palabras que nos remitió, la que entonces era Madre General, Sor Ivonne Reungoat con motivo de este importante acontecimiento.
Agradecidos y emocionados solo podemos decirle, ¡GRACIAS!
Este ha sido un espacio entrañable en la web del colegio al que hemos denominado “Memoria del corazón”. En él, hemos publicado cada día 13 del mes, palabras de Madre Mazzarelo extraídas de sus cartas. Y cada 24 , el testimonio de algunas salesianas que han sido significativas para esta Casa y dedicaron a ella buena parte de su vida y entrega generosa.
Con ilusión y confianza, les habíamos pedido que renovaran su corazón para extraer aquellas vivencias, recuerdos, emociones, sentimientos,…de los años vividos en esta misión educativa a favor de los jóvenes.
Os invitamos a recibir e interiorizar cada línea y cada palabra de esta “Memoria del corazón”.
De nuevo, ¡GRACIAS!
Comisión 125
Sor Yvonne Reungoat. Madre General.

Querida Sor Margarita, Hnas de la Comunidad y Comunidad Educativa:
Recibí con alegría el Programa que acompaña las celebraciones del 125 aniversario de vuestra presencia en Sevilla, “San Vicente”, donde durante tantos numerosas hermanas han sembrado tan bien el espíritu del da mihi animas cetera tolle.
¡Los eventos que habéis organizado son muy significativos e implicarán a FMA, seglares y tantísimos jóvenes desde el 13 de septiembre de 2019 hasta el 24 de mayo de 2020!
Os habéis propuesto caminar juntos en estilo sinodal, conscientes de que es un gran desafío a afrontar con la misma iniciativa de nuestros Fundadores.
Sin duda, que favorecerá el protagonismo de los jóvenes y contribuirá a formarlos «buenos cristianos y honestos ciudadanos» a través de una misión educativa compartida y una renovada pasión apostólica en aquellos que buscan la felicidad autentica de las nuevas generaciones.
Es una forma interesante de evangelización que se expresa de modos diferentes y bien orientados: desde la música, los diversos encuentros, la recogida de experiencias que formarán «el recuerdo del corazón», la oración, la celebración eucarística para concluir, finalmente, con la solemnidad de María Auxiliadora.
Que Ella os acompañe, paso a paso, en este bellísimo camino, para que sea fructífero y dé frutos de nuevas vocaciones para la Iglesia, nuestro Instituto, vuestra Inspectoría, para la Familia Salesiana y la sociedad.
Por mi parte, estoy cerca con la oración y profunda gratitud por vuestra vida entregada en gratuidad y alegría, incluso en las dificultades inevitables que podéis encontrar en la vida cotidiana.
Os estoy muy agradecida por la oración por mi nombramiento por el Papa Francisco para ser miembro de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. ¡Fue una verdadera sorpresa para mí! ¡Confío todo con confianza en el Señor porque es Él quien guía todo!
Es un gesto de confianza que siento dirigido, en mi persona, a todo el Instituto, a cada Hija de María Auxiliadora que trabaja en la Iglesia al servicio de los jóvenes.
Que Dios os bendiga y que Su gracia sea apoyo, alegría en el don, nueva esperanza y amor incondicional a Jesús que os ha elegido con amor de predilección.
Sentidme en plena comunión con vosotras, con los jóvenes, con la comunidad educativa, con las familias, con los grupos de la Familia Salesiana, con cada persona que se compromete en la educación y en el anuncio del Evangelio.
A todas y cada una os mando un abrazo con mucho cariño.
S. Yvonne Reungoat
Superiora General de las FMA


Palabras de Madre Mazzarello
Madre Mazzarello escribió muchas cartas que llegaban al corazón de las primeras FMA y que siguen llegando al de las FMA actuales.
En este primer año en el que iniciamos la celebración al 150 aniversario de la fundación del instituto, en el que M. General S Ivonne nos invita a revitalizar el espíritu de Mornese nosotras queremos que cada mes se nos haga presente M. Mazzarello a toda la Comunidad Educativa recordando algunos trazos de sus cartas:
MAYO 2020
FEBRERO 2020
ENERO 2020
DICIEMBRE 2019
NOVIEMBRE 2019
OCTUBRE 2019
SEPTIEMBRE 2019

Testimonios. Hijas de María Auxiliadora

Sor Emilia Rosado

Sor María Ballesteros

Sor Isabel Bizzotto
Sor Luisa Lagares

24 de Noviembre, S. Herminia García en MEMORIAS del CORAZÓN

Me animan a que hable del bonito Colegio “María Auxiliadora” de la calle san Vicente de Sevilla
Siempre ha sido una Casa muy acogedora y familiar. Nunca tuve problemas con ningún estamento de la Comunidad Educativa. Había un estupendo Claustro y junta de APA, una fervorosa ADMA, además de muchas y buenas Antiguas Alumnas. La Comunidad nos sentíamos muy queridas y apoyadas por ellos.
Esto, igual, en las distintas etapas.
La preciosa imagen de María Auxiliadora no se olvida fácilmente, queda grabada en la retina y en el corazón de todas las que hemos vivido allí.
Mi experiencia es muy rica, ya que he estado doce años, en tres épocas cruciales de mi vida. Siempre empezando alguna etapa de la vida religiosa salesiana.
1ª: Unos meses de Aspirante y después de Postulante.
Aunque llevaba el bagaje de vida salesiana, al haber estado en el Colegio de Pedro Alonso de Jerez, con estupendas Hermanas, que fueron para mí, modelos de identificación; en San Vicente ya era una cosa más seria y comprometida. Tuve la suerte de vivir en la Casa con la gran y santa mujer, M. Juana Vicente, Madre Inspectora; con sor M. Luisa Reina como Directora y con sor Mercedes Portero, nuestra Asistente, junto a una Comunidad que nos animaba con su ejemplo de vida. Era la primera etapa de la formación.
2ª: Los seis años de Juniora (antes: PROFESINA), acabada de salir del Noviciado.
Para mi vida, como religiosa salesiana, los MEJORES.
Fueron años de inmenso trabajo apostólico: Clases, asistencia en patios y estudios, internado…
A veces no tenía tiempo, ni para asistir a las prácticas de piedad comunitaria, pero nunca dejé la oración, aunque a veces tenía que hacerla cuando estaban dormidas las internas.
Había una comunidad muy numerosa, pero muy unida y ayudándonos unas a otras. Éramos muchas las jóvenes que formamos la Comunidad y, a pesar de la rígida disciplina religiosa de aquellos años, éramos felices y lo pasábamos muy bien.
Con las niñas, tanto en clase, como en la asistencia, me sentía dichosa. Empecé con 21 años y mis alumnas eran jóvenes y adolescentes pero, a pesar de tener pocos años de diferencia, eran muy respetuosas y cariñosas. Me ayudaron mucho a ser lo que hoy soy.
Después de más de 50 años, conservo la amistad con muchas de ellas y el cariño de todas.
3º: Mis cuatro primeros años de Directora.
Un 24 de septiembre, Fiesta de Ntra. Sra. de la Merced, con 31 años, me estrené de Directora en esta Casa. Recuerdo perfectamente mi llegada con la Inspectora, sor Venancia Risco, y la acogida de las Hermanas. ¡Me sentía tan pequeña en medio de Hermanas con tanta experiencia…!: sor Dolores León, son Conchita Martínez, sor Mercedes Portero (mi asistente de Postulante)… y tantas otras… que me acogieron muy bien y creo que con mucha fe. A mí me daba confianza saber que era María la que me quería ahí.
Formamos una bonita Comunidad, sencilla, alegre y feliz. Todo lo hacíamos entre todas. Recuerdo los sábados cuando limpiábamos el primer patio, todas juntas, desde sor Dolores León hasta la más joven…
Un año, los Reyes nos regalaron una bicicleta. Era la diversión de los recreos los domingos y en las vacaciones. Algunas aprendieron a montar en bici y una de ella, hasta se rompió un brazo…
La Casa se prestaba para crear mucha familiaridad con las niñas, y con toda la Comunidad Educativa. En el pórtico teníamos la cocina, comedor, salita de estar y Capilla. Hacíamos la vida en medio del ambiente educativo. Muchas de las pequeñitas, cuando llegaban al cole, entraban con toda naturalidad y sencillez, en el comedor de las Hermanas y convivían con nosotras.
En esta Casa he gozado, tanto con las Hermanas de Comunidad, como con el ambiente general de la Casa.
Espero que, después de los 125 años de su fundación, esa Casa siga manteniendo el clima de acogida y sencillez que entusiasma a todos y que las/os futuras/os ex alumnas/os recuerden su Colegio, como lo tienen grabado a fuego las que yo conozco.
Gracias y muchas felicidades en este año de actos celebrativos por estos primeros 125 años.
Sor Herminia García
24 de Noviembre, S. Mª Nieves Reboso en MEMORIAS del CORAZÓN
Muy querida Comunidad educativa de San Vicente,
Estoy ahí, con un corazón enormemente agradecido y lleno de alegría al poder hacer memoria de cuanto he vivido primero en San Vicente como juniora y más tarde en la Comunidad de San José (Torneo) siendo Casa de formacion para las aspirantes y postulantes. ¡Agradezco tanto esta bonita posibilidad de compartir y dejar que el corazón hable!
¿Por dónde empiezo? Se me agolpan los rostros de hermanas, animadores del Oratorio y del Centro juvenil, grupos de familia salesiana, de jóvenes, niños, adultos, familias…; y lugares: patios, capilla, aulas, salones, calle… donde compartíamos un proyecto educativo en el que estaba la misión al centro, misión sentida como todo un regalo que el Señor nos hacía que sentiamos se nos había confiado del mismo Dios y misión vivida con el mismo ardor con que la vivió Maria Mazzarello cuando escuchó en su corazón “A ti te las confio”.
“Hacer memoria”, pasar todo por el corazón me hace sonreir, me habla de la vida, de tanta vida donada y recibida, compartida; me habla de una comunidad con las puertas siempre abiertas donde el clima de familia se respiraba a grandes bocanadas; donde cada uno que llegaba a la casa encontraba a alguien que lo acogía con una sonrisa, lo escuchaba, le ofrecía un café, o algo de comer si lo necesitaba, …
Sí, era un lugar donde las hermanas mayores y las jóvenes, cada una tenía un lugar porque cada una tenía un corazón pastoral cargardo de amor por los jóvenes y estaba presente hasta donde sus fuerzas se lo permitían.
Hago memoria y me viene con mucha fuerza rostros de la comunidad educativa, el protagonismo y la responsabilidad de los jóvenes animadores. Juntos búscabamos constantemente cómo hacer para que los niños, los jóvenes fueran felices, para poder sacar lo mejor que cada uno lleva dentro y construíamos y soñábamos juntos, inventábamos, sin medir el tiempo y siempre cargados de mucho amor, fuerza y pasión. Sentíamos que, para ellos, nosotros éramos hoy don Bosco.
Recuerdo el patio, los patios, siempre llenos de vida, de alegría, donde jugábamos, corriamos, saltábamos, se jugaban a la vez distintos partidos de fútbol ya cada uno sabia donde situarse. Nuestra presencia entre ellos les hacía comprender que eran lo más importante para nosotros y que los amábamos.
Durante mucho tiempo cada martes por la tarde, compartíamos la lectio divina de la Palabra de Dios del día… nos enriquecía, nos hacía crecer en comunión, alimentaba la fe y nos lanzaba a continuar viviendo la mision. Recuerdo como un momento muy especial la profundizacion de las Actas del CG XX, “A ti te las confío de generación en generación”, que hicimos la Comunidad con los animadores y que nos ayudó a sentirnos palpitando con el corazón del instituto.
Podría seguir narrando muchos encuentros y experiencias que verdaderamente hablan de un clima, de un ambiente verdaderamente de familia construido juntos, en el que al centro estaba la opción clara de buscar el bien de los jóvenes, con gran creatividad y de un modo incansable; decimos verdaderamente con la pasión de don Bosco, con la entrega incansable de Madre Mazzarello. María, la Auxiliadora, se paseaba continuamente en el patio, en la casa.
No es nada de extraordinario lo que comparto… es nuestra vida de cada día. Sembrar a manos llenas lo que el mismo Dios siempra con tanta abundancia, cada día. en nuestro corazón. Él nos hace experimentar que confía en nosotros, que su confianza es lo que nos sostiene y pide nuestra colaboración para ser signos de Su Amor entre los jóvenes y con ellos. ¡Apasionante! Con la alegría profunda que no lo hacemos solos. Siempre nos lanza a la mision en Comunidad. ¡Apasionante mision para vivir como comunidad educativa!
¡Qué fortuna!: Un año para ahondar incansablemente en la Gratitud, hacer memoria… a la vez que nos proyectamos hacia adelante, buscando juntos, como comunidad educativa, con los niños y jóvenes… cómo educar para construir una sociedad cada vez más humana… con olor y sabor a Evangelio, donde todos tenemos un lugar.
… Seguimos caminando y construyendo con esa mirada nueva y diversa de la realidad que nos da el encuentro con Jesús de Nazaret.
¡¡Gracias!!
Mª Nieves Reboso, fma